JOKIN TELLERIA Founder & CEO de "DANTZ"
"No tenemos límites, la música es nuestra herramienta de innovación"
DANTZ es un festival de música electrónica que en pocos años se ha convertido en algo más. En una constante búsqueda de nuevos formatos y espacios, este proyecto joven y poliédrico hunde sus raíces en Euskadi pero ya empieza a proyectarse a nivel europeo. Jokin Tellería es el alma de esta marca guipuzcoana que ha conseguido despojar a la música electrónica de sus antiguos estigmas, dotarla de valores (libertad, disrupción y ausencia de etiquetas) y llevarla a otro nivel, con presencia en el patrimonio cultural, en el tejido empresarial y en el ámbito institucional. Con razón fue uno de los casos prácticos que se presentaron en el Global Innovation Day 2022 de Innobasque.
Hace poco, Dantz ha decidido liderar un proyecto de investigación pionero para analizar los efectos de la música electrónica en las personas a nivel personal y social, en colaboración con el Departamento de Psicología Social de la UPV/EHU con el doctor Xavi Minguez Alcaide al frente.
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¿Qué es Dantz?
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¿Cómo se desarrolló esa idea?“ Llegó un momento en que en San Sebastián había un vacío cultural y propusimos un festival con unos valores concretos. Así nació Dantz Festival en 2017. Ya llevamos seis ediciones y a nivel de Euskal Herria somos una referencia. Pero, sobre todo, con la amplitud que nos ha aportado la pandemia, veíamos muchas posibilidades desde el punto de vista social y cultural. Por ejemplo, vimos la posibilidad de hacer muchas cosas con el patrimonio cultural. La música es una gran herramienta para ponerlo en valor y pusimos en marcha el proyecto Dantz Point en el Flysch de Zumaia, en el Santuario de Loiola de Azpeitia, en Arantzazu, etc. Además, hoy en día, también puedes difundirlo digitalmente a nivel internacional. De este modo, trabajamos la música y a la vez ponemos en valor el patrimonio, explicando lo que significan dichos espacios. Nuestra idea, el desarrollo de nuestro concepto ha sido ese. Empezar con un festival y llegar a un laboratorio de proyectos, siempre basado en la música electrónica y difundiendo sus valores.
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Por lo visto, Dantz es una marca cultural con múltiples caras.“ Exacto. Es un proyecto de 360 grados con la música electrónica en el centro, con sus valores, comunidades y capacidad de marca. Y subrayamos lo de marca porque nuestra idea es que la gente vea a Dantz como sinónimo de calidad y experiencia. No es un evento, es Dantz. Y a su alrededor hay diferentes proyectos: festival, punto de patrimonio, formación y agencia. Por ejemplo, aquí damos clases de DJ o producción para aprender a mezclar vinilos o saber hacer música. Por otro lado, contamos con una agencia de trabajo con empresas e instituciones, pues queremos acercarles la música electrónica. Puede parecer que son cosas muy diferentes, pero en los anuncios utilizan cada vez más la música electrónica. También tenemos un proyecto en torno a la ropa porque creemos que es una forma muy interesante de expresar nuestra idea. Trabajamos con lo que se llama moda sostenible y queremos conseguir una cultura circular: coger ropa de segunda mano, que sea customizada por algunos artistas y reutilizarla. Es un proyecto multifacético con una base muy sólida y amplia.
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En 2022 Dantz estuvo entre los mejores proyectos de innovación y en el Global Innovation Day de Innobasque protagonizó uno de los casos prácticos.“ La verdad es que nos dio mucha alegría ser elegidos por parte de Innobasque. En este contexto hay numerosas empresas industriales, incluso relacionadas con la ciencia, y no es fácil encontrar música electrónica. Esto nos indica que algo estamos haciendo bien, que realmente estamos consiguiendo innovación a través de la música. Por otro lado, esto es una empresa y utilizamos estrategias empresariales, como el marketing y la internacionalización.
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Dantz está entre los mejores proyectos a nivel de Euskadi. ¿Es pionero a nivel estatal?“ Creemos que somos pioneros a nivel estatal, pero no porque seamos muy conocidos, sino porque hacemos las cosas de forma diferente. Desconocemos proyectos que trabajen la música como nosotros. Lo normal es que haya festivales, clubs o fiestas de pequeño formato, pero nosotros no utilizamos la palabra 'fest'. Preferimos utilizar las palabras 'proyecto' o 'experiencia'. Trabajamos la misión y la visión de Dantz y no miramos lo que hacen los demás. Tenemos inspiraciones, por supuesto, pero tenemos bastante interiorizada esa cultura de innovación y la hemos utilizado como estrategia de supervivencia. La diversificación que hicimos con motivo de la pandemia no era un primer objetivo, pero de alguna manera nos ha convertido en pioneros. Hemos diversificado para tener más oportunidades y, por tanto, para sobrevivir, pero también porque veíamos posibilidades. Al fin y al cabo, la música electrónica te permite ir a muchos sitios desde una perspectiva muy amplia. De alguna manera hemos quitado el miedo a probar cosas y a cometer errores.
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Dantz saltó a Europa en febrero, con un evento en Burdeos, concretamente en el museo dedicado a la enología, Cité du Vin. ¿Cómo fue la experiencia?“ Saltar a nivel europeo ha sido algo increíble para nosotros. Presentamos un proyecto llamado 'Cooperación Europea' y hemos dado el salto con el proyecto Dantz Point. Parte de nuestra estrategia era trabajar el camino para ir fuera. Hemos estado en Amsterdam y pasaremos por Grecia, Portugal y la zona mediterránea. Somos líderes en el proyecto Dantz Point Europe y trabajaremos con otros compañeros. Por ejemplo, en Portugal lo haremos con Vortice Dance Company y trabajaremos la danza contemporánea y la música en espacios singulares de Lisboa a través de unos Dantz Point. Este proyecto está siendo muy enriquecedor para nosotros. Además, nuestra idea es afincarnos allí donde estemos, no solo un viaje de ida y vuelta.
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¿En qué ha contribuido el paso por el BDCC al recorrido del DANTZ?“ Nos ha permitido entrar en una gran red, poder mezclarnos con diferentes empresas del mundo de la cultura y conseguir nuevos contactos. Hemos tenido muy buena relación entre todos y nos ha venido muy bien para algunos proyectos. Por ejemplo, con Dantz Wear, ahora tenemos conexión con Oihane Pardo (Amarenak) y nos ha pasado un montón de contactos para desarrollar el proyecto. Además, recibimos información importante para presentarnos a cualquier ayuda económica. Y en el campo de la formación, lo que nos presenta el BDCC es muy sólido y toca muchas ramas. Demasiadas veces pensamos que sabemos mucho y que lo hemos aprendido todo, pero hoy en día actualizarnos nos viene muy bien a todos. Las cosas están cambiando mucho y siempre es necesario volver a trabajar la formación.
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¿Y esos procedimientos han servido para garantizar el trabajo creativo o para asentar el proyecto?“ Hemos notado un cambio en ambos ámbitos, ha sido un impulso. Nos ha servido además para darnos a conocer, ya que el BDCC nos ha hecho bastante promoción y eso siempre viene muy bien. Por desgracia, hay proyectos muy buenos que están escondidos y que conviene visibilizarlos para que comiencen a funcionar. Además, si trabajas la formación y amplias tu red, mucho mejor. Por otro lado, con el BDCC tenemos cierta horas para aclarar dudas, arreglar los problemas o hablar de una cuestión concreta con los profesionales que nos ofrecen.
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Dantz Festival nació en 2017 y tres años después recibió su primer premio, otorgado por Dance Televisión. ¿Este es un proyecto joven o un proyecto ya maduro que crece con celeridad?“ Todavía es un proyecto nuevo porque creemos que su potencialidad es muy grande. Nosotros vemos de forma global este proyecto cultural y aún nos creemos pequeños. Vamos creciendo poco a poco, aumentando orgánicamente. Además, no queremos una evolución muy grande de impacto público, por ejemplo, porque consideramos que puede disminuir la calidad. Lo que nosotros queremos es ir creciendo y desarrollándonos poco a poco.
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2020 fue un año duro para la cultura y la industria creativa. Sin embargo, también garantizó la apertura del espacio digital. ¿Lo supo aprovechar Dantz?“ Nosotros lo aprovechamos del todo. Cuando vino la pandemia nos digitalizamos mucho. Teníamos esa estrategia marcada pero este aspecto se vio muy reforzado. Los Dantz Point, por ejemplo, los convertimos en Dantz Digitala y grabamos en Arantzazu. Es algo que con público no se puede hacer y eso nos abrió la posibilidad de estar en espacios potentes o inaccesibles. Pero, sobre todo, lo que nos ha dado la pandemia es ampliar el proyecto y no tener apenas fronteras. Nos abrió mucho la mentalidad. Antes éramos más fijos, éramos un festival y ahora nos hemos convertido en un laboratorio. Nos ha dado ese impulso a ser una nueva marca cultural, pues para sobrevivir hemos tenido que desarrollar mucho desde el campo de la innovación.
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En 2020 también vimos el nacimiento de Dantz Homes, que se basa en realizar acciones en lugares privados. ¿Consideran que una parte significativa de la cultura de este siglo se cultivará en esos espacios?“ Así lo creemos. Con la pandemia vimos que la gente quería tener su espacio, es decir, estar en lugares más seguros y con su entorno cercano. No querían mezclarse con gente sin feeling. No hablamos de exclusividad, estilo la jet set. Sirve para estar seguros y desarrollar su cultura en los espacios que quieran. La gente demanda ahora noches concretas. Por ejemplo, es mi cumpleaños y quiero celebrarlo en este lugar y con la gente que quiero, a mi gusto pero con el sello de Dantz. Y en las empresas está ocurriendo igual. Los de Elkargi, por ejemplo, nos pidieron música electrónica para un evento que hacen una vez al año porque le daba un punto de modernización. De hecho, hemos pivotado y abierto el proyecto Dantz Home, convirtiéndolo en Dantz Agency.
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Antes hemos comentado que Dantz es una marca cultural con muchas caras. ¿Aspiran a llegar a más ámbitos en los próximos años?“ Por supuesto. Como dije, no tenemos límites. Con la gastronomía, por ejemplo, se nos ocurren un montón de proyectos. Estar en un sitio, comer algo y disfrutar de la música. O mezclar moda y música. Quizá todo es Dantz sin más y Dantz significa toda esa mezcla. Quizá no sean un montón de proyectos y solo un concepto que lo aglutina todo. Por eso, nuestra estrategia de marca es eso: música sin fronteras, un proyecto híbrido.